Resulta necesario hacernos a menudo una limpieza facial profunda, así conseguimos mantener la piel limpia, libre de impurezas y de puntos negros.
La frecuencia para hacerse una limpieza facial depende del tipo de nuestra piel. Generalmente debería haber más frecuencia para el tipo de piel graso que para el seco.
A continuación podrás descubrir los pasos para una profunda limpieza facial casera de una manera fácil:
- Lo primero que es necesario hacer es lavarse bien la cara con agua tibia para eliminar toda la suciedad que se haya podido depositar, ya sea por el sudor o la contaminación entre otros.
- Eliminar las células muertas del rostro y dar más brillo y suavidad con un buen exfoliante (también se puede hacer de forma casera). Se aconseja aplicarlo con suaves movimientos circulares, evitando siempre el área de los ojos y de los labios.
- Abrir los poros colocando el rostro frente a un cazo o cubo con agua caliente (separado de 30 centímetros como mínimo). Se aconseja cubrir tu cabeza con una toalla o paño para que no se escape el vapor. Si no te sientes agusto siguiendo este paso, puedes sustituir este paso por aplicarte toallitas calientes.
- El siguiente paso sería proceder a extraer los puntos negros apretando delicadamente con la yema de los dedos ¡nunca con las uñas!. Se aconseja lavarse bien antes las manos. (estos dos últimos pasos se pueden saltar si no tienes puntos negros).
- Aplicarse un tónico para cerrar los poros y evitar que la suciedad se cuele en la piel, con la ayuda de un disco de algodón.
- Por último, hidratar tu piel aplicandose una crema facial que te vaya bien según tu tipo de piel.
Pueden parecer muchos pasos pero luego no parecen tantos, te animo a que lo pruebes. Si por lo que sea algún paso no te gusta puedes pasar al siguiente (sobre todo los pasos 3 y 4, más aptos para pieles grasas).
Se puede realizar una profunda limpieza facial casera cada 3 semanas más o menos, quizás con más frecuencia si tienes la piel grasa.